jueves, 9 de abril de 2015

6ª Sesión: Pequeños zahorís


Aquí os dejamos las fotos de esta última sesión en el huerto. Ya había ganas de pisar la tierra y la hierba de la finca, debido a las veces que hemos tenido que posponer esta salida al huerto. Y lo bien que lo pasamos y la cantidad de cosas que hicimos, todas interesantes y de gran valor.
Lo primero que hicimos fue una breve clase práctica sobre poda, en este caso, de vides. Ahora sabemos que hay que dejar dos yemas antes de cortar. Varios alumnos estuvieron poniéndolo en práctica.



















Luego pasamos a plantar dos pequeños
manzanos en unos hoyos previamente preparados por Manu. Nos turnamos unos cuantos alumnos para realizar el trabajo. Mientras lo hacíamos nos encontramos con una grata sorpresa: un pequeño sapo que estaba adormecido bajo la arena y que hizo las delicias de nuestros chavales. También atisbamos una culebrilla o lagarto durante un breve espacio de tiempo ya que después desapareció rápidamente.















Después pasamos a cavar durante un ratito en los dos bancales preparados para nuestro uso, aprovechando también para abonar un poco dicho terreno. Mientras esto sucedía, otros alumnos se encargaban de intentar parar otra de las plagas que pueden atacar a nuestros frutales. En este caso no se trata de insectos ni arácnidos, sino de unos pequeños mamíferos que hacen multitud de túneles alrededor de los árboles jóvenes y devoran sus raíces, acabando con su vida. Son los topillos. Detectamos todas las salidas posibles y las fuimos tapando con ramitas de brezo para que no pudieran salir y eligieran otro camino diferente al de las raíces de los árboles.

 
 


















Después de terminar el abono que quedaba con los árboles que rodean los bancales, nos disponemos a realizar una práctica impresionante. Nos convertimos por un momento en auténticos zahorís. Con dos electrodos desprovistos de su revestido y doblados en forma de L y siguiendo las indicaciones de Manu, conseguimos comprobar la ciencia que hay detrás de esta práctica y ver alucinados como las varillas se giraban al pasar por los puntos en los que conocíamos que había agua debajo. Como diría el filósofo: en dos palabras ... IM  PRECIONANTE.

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